Jardiel Poncela

Usted tiene ojos de mujer fatal. No pierdas la oportunidad de leerlo

lunes, 28 de marzo de 2011

Casi se me olvida

Conduciendo hacia el trabajo me di cuenta que casi se me olvida lo qué quería yo. En las relaciones sentimentales el amor es como una venda. A través de ella, el alma ve pero el corazón no y sufres, sabes que algo no marcha bien, pero el corazón empuja fuerte, casi latiendo para y por ese hombre.
Cada latido, te empuja a manter viva la relación porque la ruptura lo pararía, como si su lucha fuera a vida o muerte.
El alma, mientras tanto, tiene miedo a que sufra el corazón y le susurra al oido que ese hombre no es para ti, que no hay futuro, pero entonces, el corzón, ante el miedo de la pérdida, late más fuerte, haciendo silenciar al alma, que con esperanza fingida espera con calma.
Sin emarbgo, curiosamente, cuando llega la peor de las noticias, el corazón no se para ni disminuye su tempo pero el alma se rompe, como si nunca hubiera predicho ese final.
Cuando el dolor mengua, la razón posa claridad sobre la mente, la gran esperada en esta debacle y es entonces cuando te das cuenta que lo que tenías, no lo quieres porque no te vale. Y no te sirve desde el principio porque no es felicidad lo que tenías, sino el amor que se entrega sin recibo y sin esperar nada a cambio.
Se lo qué quiero y no me conformo con menos. Mi propósito es abrirme a la vida pero con una conexión directa al alma, única señora de mis entrañas. 
Un beso a todas las amigas que, aparecieron con el pegamento, recogiendo los pedazos de mi que quedaron, haciendo una reparación perfecta, que mira sin rencor el futuro. Muchísimas gracias compañeras de viaje.

jueves, 24 de marzo de 2011

Lo que el cura no vio

Las personas "curas" son todas aquellas que deciden creer algo y luego, sin ningún tipo de fundamento más alla de su autoconvencimiento, deciden juzgar a los demás con un molde en la mano, despreciando todo lo que no se adapte. Lo peor, quizás, es la actitud que muestran de desprecio a aquello que sea diferente o que, simplemente, no case con su doctrina de fe.
Tener creencias firmes no tiene nada de malo pero juzgar a los demás por sus propios criterios es otrora, bien distinto. Incluso deviene malo, los consejos que ofrecemos con buena voluntad, pero que pueden no ser beneficiosos para esa persona.
Tengo el firme propósito de no aconsejar a nadie, pero es algo difícil. Cuando un amigo se te acerca no le puedes decir que no sabes qué decirle o inventarte algo evasivo. Creo que más que un consejo se pueden narrar experiencias personales, comenzando la frase con: No se, habría que estudiar la situación bien antes de meter la pata, pero a mi me pasó algo parecido........ Pensándolo bien, tampoco es una buena salida, porque parecería la más mayor de las chicas de oro y entonces diría algo así como : Sicilia 1920..........

Tengo que aprender a devolver la pelota para que cada uno tome su propia decisión y al menos, si se equivocan, que sean sus errores aunque por mi trabajo se, que la gente se embrutece con cada decisión errónea, y metidos en la espiral, cada vez es más difícil salir airoso.

No se....ya pensaré algo....un besito a mis pocos seguidores.

lunes, 21 de marzo de 2011

y yo sigo escalando

A algunas personas le molesta, a otras les gusta y la mayoría, espera tanto verme hundida, que me encuentran así aunque no lo esté. Pues no se si será una realidad o un espejismo pero aqui estoy dando fuerte. Golpeo y grito, sonrío y muerdo, me defiendo y mando besos "volaos" lo siento pero estoy bien.

No miro para detrás porque no me gusta lo que hay. Me veo en el espejo y levanto una ceja, admiro mi aspecto renovado y salgo a comerme el mundo. Mientras arranco un nuevo día le digo a todos, lo siento, pero me gusto.

Sin embargo, no todo es siempre bonito ni recogemos frutos a cada instante. Hay egoistas que ven tu césped más verde que el suyo e intentan pisarlo, desanimarte, ponerle pegas. Aprovechan cualquier excusa para ponerte zacadillas emocionales y hacerte sentir más débil. Supongo que eso les hace la vida menos triste. Pero ahora, ha llegado el momento de  sacudirse y decirle a ese ex que todos los actos tienen unas consecuencias y que tu no vas a asumir tus decisiones y las suyas. También, por supuesto,  ese conocido que vive en las sombras y encuentra en sus tristezas un aliento para recordarte que no eres especial. Entonces, me sacudo con fuerza y sigo avanzando, más ligera de equipaje y gritando SOY FELIZ AUNQUE TE PESE.

Vilipendiados del mundo......dientes, dientes, que es lo que les jode

Mi vida en la palestra

Es bastante cansino ser juzgada constantemente por todos los demás, sobre todo, cuando a uno se le exige más que al resto, desterrando cualquier tipo de igualdad en el trato. Me molesta mucho que aunque intente mantenerme al margen y no buscar coflictos, tenga que responder a los ataques de los demás con rapidez, inteligencia, elegancia e ingenio. Si algún día me encuentro mal, tengo un momento de debilidad o simplemente me apetece dar un golpe encima de la mesa siempre hay quien me recrimina que mi actitud no ha sido perfecta, mientras que con la misma, se disculpa al que me ataca. En mi casa, quieren que me muerda la lengua, en mi trabajo, me tengo que morder la lengua y con mis conocidos, tengo que callarme cuando me sueltan perlas, porque para qué.... Pues estoy harta, tengo sentimientos, me fastidian las cosas y me equivoco como cualquier hijo de vecino.
La realidad es que no sirve de nada estar de uñas con todo el mundo o al menos, no tengo fuerzas. Ahora me pregunto si esta situación la he provocado yo o simplemente es cuestión de actitud o de expectativas. El resumen es que noto que me exigen más que a los demás y eso es un peso difícil de llevar.
He llegado a la conclusión que voy a crear una frase perfecta que resuma la situación, para pararle los pies a los demás sin desgastarme. ¿Hay sugerencias? 

viernes, 18 de marzo de 2011

Los efluvios del sexo

 El otro día me llevé una grata sorpresa al sentirme sexualmente atractiva para muchos. Como todo es cuestión de actitud, llevaba yo el guapo subido cuando para mi asombro me percaté que varios hombres babeaban por acostarse conmigo, sin querer disimularlo. Me había pasado mucho tiempo sin sentirme deseada y es evidente que me encató. Además de subirme el ego, la autoestima, la líbido etc etc, me sacó el lado putón que está a puntito de desbordarse.La cuestión podría plantearse en si esto es una etapa más de mi transición emotiva o simplemente no pensar y disfrutar del asunto. Me apetece ser una "fresca", tontear y que todos admiren los rayos de esplendor que estoy emitiendo. Si esto se acaba o no, no me importa. Ahora brillo y vivo el momento.
Amigas del mundo, me he convertido en un híbrido entre Andrés Pajares y Fernando Esteso porque estoy en la época del destape, con lo que no me tengan a mal si me ven de un lado a otro gritando: "ayyyyyy que buenos están los suecosssss"

viernes, 4 de marzo de 2011

En Lisboa vale la pena ser niñata

El otro día salí a la calle a caminar como las locas. Pareciera que me perseguía un depredador con un hacha y decidi lanzarme a caminar como una descosida, intentando q mi cabeza dejara de dar vueltas, claro, a cambio de que mi cuerpo las diera frenéticamente.
Diez minutos después, los pensamientos se iban recolocando y la catarsis interior no se si perdió importancia o pasó al ricon de "despropósitos varios"
Fue entoces cuando comencé a interelacionarme con el medio que me rodeaba. Dando vueltas y más vueltas a la orilla del mar, por el paseo marítimo del Charco de San Ginés de Arrecife, mi parte selenita comenzó a imaginarse las vidas o aventuras y desventuras de aquellos que paseaban como yo. Lo primero que hacía era examinar la causa de su presencia maratoniana. Las señoras de más de 50 años, caminaban en manada. Empecé a observar que se mimetizaban, desviándose a izquierda o derecha a la vez como si de una bandada de pájaros se tratara. Incluso, los colores de sus chándals parecían un perfecto camuflaje. Caminando juntas, formaban un bloque indiviso que nadie podría franquear, y sí, te echaban del camino porque ellas eran el colectivo fuerte.

Evidentemente no faltaban los enamorados. Ellos iban a otro rítmo porque sólo les interesaba lo que pasaba en ese núcleo especial que formaban. Empujada por la envidia asquerosa, los adelantaba sin más claro que, ni se percataban de mi existencia.

Las familias con niños conformaban un obstáculo casi tan duro como las viejillas del chándal. Equipados con bicicletas, patines y pelotas eran un hueso duro de roer, porque mientras caminaba hacia ellos me decía, son pequeños pero malignos y tienen armas pesadas en su poder. Efectivamente, cuando llegabas a su altura, las fieras comenzaban a moverse con agitación, buscando cruzarse delante de uno a pique de hacernos tropezar pero no nos podemos engañar, sólo me hubiera caído yo, ellos tienen todos los movimientos estudiadísimos y he llegado a la conclusión que lo hacen a posta para vencer a alguien más alto.

Por otro lado te tropezabas con el grupo del colesterol. Estos son fácilmente reconocibles por los comentarios que escuchas al pasar cerca. Siempre oiremos palabras como "el médico me dijo..." "me hice una analítica y a que no sabes a cuanto tengo el azucar" "caminar es lo mejor que hay para esto"

A cada encuentro, comenzaba mi mente dispersa a inventarse cómo serían sus vidas, cómo hábian llegado ahi y cuantas vueltas aguantarían. Pero entonces adelanté a una pareja joven. Él tenía mucha pinta de homosexual adolescente pero ella era un collage de los 80, es decir, un disparate creado únicamente para intentar llamar la atención. Cuando ya me encontraba a su altura pude comprobar que ese look era más que apropiado, porque disimulaba con creces su fealdad, es decir, la chica dominaba el arte del engaño. Pero fue entonces cuando escuché aquella frase. La fea hortera abrió su boca para decir : "En Lisboa sí que valía la pena ser niñata" MENUDA FRASE. Mi mente entró en una espirar frenética que ni ella misma sábía hacia donde la llevaría. Pero quien era semejante personaje. Las preguntas destinadas al resto de caminantes no me darían respuestas. Tamañas palabras me habían dejado descolgada. ¿Qué objetivos quería lograr? Impresionar al chico es, por lo menos, descartable, porque era super gay.¿Ser el centro de antención? No había nadie más, salvo que ya haya asumido el papel de protagonista.
Mi mente comenzó entonces a imaginarse la vida de la "fea encubierta" en Lisboa. Yo misma había estado en esa ciudad y me pareció de lo más normal. ¿Sería que estaba loca o que quería parecerlo a ojos de desconocidos? Todo esto se me ha escapado de las manos y todavía repiquetea esa frase en mi mente. ¿Qué piensan ustedes? Ayúdenme a desentrañar este misterio y les estaré eternamente agradecida.

jueves, 3 de marzo de 2011

Las cajitas de mi alma

Tengo unas cajitas muy bonitas. Son de madera hendida y lacada con brillo y sus cierres están labrados en un metal dorado. Tengo varias y nunca se abren para sacar nada sino para guardar en ellas las partes de mi alma que se han agrietado. En ellas reposan recuerdos y sentimientos, tanto hermosos como de congoja. Cada suspiro tiene su cajita y ahora guardo no sólo los desengaños sino el amor, porque ha llegado la hora de su descanso sin retorno. Cuido cada sentimiento con la misma dulcura, porque son como hojas finas, casi trasparentes. Los estiro y acomodo en las cajitas en las que reposan para siempre, llevándose cada sonrisa y cada lágrima. Las cajitas no me pesan. Me limpian por dentro. Se encuentran en el medio del vacío sin tocarse unas con otras. Las miro con mimo. Cada vez que guardo un recuerdo, me despido de él porque se que se perderá para siempre, quedándo sólo un reflejo a través del espejo. Si abro alguna, lo que encuentro en ellas se distorciona y pierde sentido como aquel verso que se lanzó al viento y no encontró quien lo apreciara, se convierten en partes trasnochadas de mi misma, depojadas de sentido, pero luego las cierro y acallo su sed, no más regocijo del pasado y es entonces cuando una esfera oval se resquebraja y de ella sale una muchachita aletargada, de corte esbelto que en lugar de brazos tiene unas alas muy fínas pero inmensas que intenta desplegar con torpeza. Comienza un nuevo aprendizaje, sintiendose débil pero hermosa.